La "sabía" naturaleza nos ha proporcionado también gratuitamente dos invaluables elementos con los que contamos para siempre.
El agua, aunque no en todas partes ni con la misma abundancia, debido al ingenio humano, es utilizada y seguirá utilizándose seguramente cada vez en forma más práctica para producir grandes cantidades de energía.
El Sol, obligado a salir puntualmente todos los días para darnos su calor, según épocas cronológicas y lugares geográficos, nos es tan familiar, tan normal que nos olvidamos que existe, lo bueno es que él "no se olvida que existimos" y ahí esta dispuesto a que aprovechemos lo que siempre hemos desperdiciado.
Pero ya hemos empezado a acordarnos del "Gran rey de nuestro sistema" y su energía ya se aplica, aun cuando en mínima proporción, en algunas de las necesidades de esta tierra.
Es así como también los arquitectos e ingenieros enfocan sus inquietudes a la investigación para el aprovechamiento de la energía solar en la arquitectura, acordándose que "el Sol también brilla para nosotros", que con menor o mayor tecnología, con menor y mayor costo, pero siempre con creatividad e ingenio nos traerá cada vez mejores soluciones.
Jesús Aguirre Cárdenas (Extracto sacado del Prologo del libro "Manual de Arquitectura Solar")
